Cuenta la leyenda de tradición oral que los Reyes Católicos de España enviaron como obsequio para las ciudades de Valledupar y Riohacha dos imágenes: para la primera ciudad, la Virgen de Los Remedios; y para Riohacha, la Virgen del Rosario.
Al momento de desembarcar en la capital guajira, se hizo imposible cargar a la virgen que venía para esta tierra, la del Rosario, y los encargados decidieron dejar entonces la otra, la que voluntariosamente quiso quedarse en la localidad que ahora la venera.
Ella, cuenta la leyenda, fue sacada en hombros a la calle junto a la playa, en plena tempestad que amenazaba tragarse la ciudad entera. Allí su corona bendita cayó a las aguas, que inmediatamente se calmaron, por la intercesión de su dueña.
En otro relato, la Virgen de los Remedios --la Vieja Mello, como la llaman-- aparece como salvadora de la ciudad, esta vez del asedio de los piratas, quienes al ver la inmensa procesión detrás de la imagen, traída hasta el mar para invocar su protección, huyeron despavoridos.
La historia de la Corona de la Virgen es la tradicional versión que cuentan todos los riohacheros. Incluso en la Calle Primera de Riohacha, considerado lugar del milagroso hecho, existe una placa que reconoce el sitio donde la corona cayó.
Según el abogado Alvaro Romero Effer, miembro de la Junta de los Festejos del 2 de febrero, la fiesta de la Virgen se celebraba tradicionalmente el 14 de mayo, día en que calmó la tempestad, pero ésta fue trasladada al 2 de febrero por ser la fecha universal de la Virgen de la Candelaria, de quien la Vieja Mello es una advocación, es decir, se trata la misma imagen.
Hoy, de todas maneras, los riohacheros recordarán a su santa y le pedirán nuevos favores
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