La situación social se
afectará dramáticamente, durante y después del Coronavirus, si en un caso
hipotético el gobierno tuviera la necesidad de suspender los giros por concepto
de asistencia social, el país se derrumbaría, de acuerdo a los pronósticos de
una entidad tan seria como la universidad de los Andes, que en un estudio igual
de serio, anticipa que este año habrán en Colombia casi 8 millones más de
pobres, y con esto la pobreza pasará en el país del 27% al 43%, es una caída
alarmante y peligrosa temiéndose lo peor un estallido social seria lo menos
grave y ya está anunciado.
El tema es, que por donde vamos, ya se muestra la gran brecha que ha
taladrado la pandemia en el territorio
nacional, sin contar lo que falta en tiempo y en daño a una economía como la
colombiana, preferencialmente basada en aspectos macro económicos de
concentración de la riqueza y explotación y exportación de materia prima
(commodities) este tipo de Economía tiene varios problemas y uno de esos es que
no son flexibles a los cambios en el mercado, por el contrario sufren
contracciones muy fuertes cuando se enfrentan a cambio notables como el que
estamos viviendo frente al Covid19, lo cual será letal para muchas economía que
sabemos no aguantaran el impacto.
La frágil Economía Colombiana basada en el proteccionismo de los
grandes capitales y fiel a la teoría económica inglesa que Carlos Marx definió
con estricto apego al conocimiento científico de la economía política y sus
leyes, desarrolló creativamente la teoría del valor de Adam Smith considerando
que toda mercancía al ser producida por el obrero incorpora una determinada
cantidad de su tiempo de trabajo socialmente necesario. Puso al descubierto el
hecho de que en el sistema capitalista el intercambio de una mercancía por otra
no significa la relación entre objetos sino entre personas, y que, al
generalizarse la producción de mercancías el capital convierte a la misma
fuerza de trabajo del obrero en una mercancía más.
Visto de esta manera las personas pierden su valor esencial de sujetos
y se convierte en un objeto más del proceso de intercambio comercial, pasando a
ser seres pasivos desde el punto de vista de sus derechos, pero seres activos
como miembro de la cadena productiva, es aquí donde se crea el valor no pagado
del trabajo del obrero que crea un plusproducto del cual se hace propietario el
empresario, originando así la esencia de la explotación o acumulación
capitalista plusvalía o plusvalor, definida brillantemente por Marx.
Esta manera de producir le quita posibilidades de independencia y
autonomía al trabajador el cual termina ganando mucho menos del valor que
realmente produce, he aquí la diferencia entre lo que realmente produce y su
salario es lo que se conoce como plusvalía en la teoría de Marx, al final esto desemboca
en la acumulación y concentración del capital, que termina quitándole al
trabajador capacidad de compra o capacidad adquisitiva, produciendo una
dinámica económica negativa, frenando por ende un mayor desarrollo económico, a
partir de la falta de capacidad de compra del ciudadano promedio , que al final
es el consumidor final por excelencia.
Este tipo de modelo ha sido usado por décadas en países emergente como
Colombia, los cuales han estado presto a escuchar las teorías “renovadoras” e
imperiosamente necesarias, que nos traen las economía dominantes, para
continuar dándole combustible a este injusto sistema que abre brechas
insalvables entre pobre y ricos en todo el mundo, como el consenso de
Washington que a mediados de los
ochentas le quito a Colombia la posibilidad de ser un país inminente agrícola y
lo convirtió en un territorio extractivitas llenos de explotaciones de
minerales y enclaves que lo anclaron y le quitaron su verdadero norte de
desarrollo económico, la industria, el campo y la generación de bienes y servicios.
Las Finanzas nacionales hoy sufren un duro revés en medio de la
crisis, hace mucho tiempo especialistas, críticos y políticos hablan de la
necesidad de diversificar la economía, pues bien hoy eso no una opción es la
única posibilidad de subsistencia en el nuevo modelo de producción mundial,
aprovechar al máximo los recursos con que cuenta cada país, priorizando
mantener estable el planeta y conservando su diversidad y riquezas naturales,
de hecho...vivimos en el único planeta perfecto del Universo, el cual depende
en cierto o total grado de la actividad
del hombre sobre él.
Colombia paso de una deuda externa de 55 mil Millones de Dólares en el
segundo gobierno del ex presidente Álvaro Uribe, a deber hoy casi 140 mil
millones de Dólares, el país está empeñado y debe endeudarse más, su máquina de
producir divisas se fundió con la pandemia y la caída de los valores de los
commodities en el mundo.
Se abre un nuevo panorama lleno de incertidumbre, pero desafiante para
los creativos, tenemos que aprender a producir en el aislamiento, el mundo no
volverá a ser el mismo y los que irán a la cabeza no serán los grandes
capitalistas serán los grandes creadores y visionarios, arquitectos y
constructores del nuevo mundo donde viviremos
Por
FEDERICO ACUÑA MENDOZA