La Guajira es un
importante productor de materias primas como carbón, gas y petróleo; cuenta con
grandes potencialidades eólicas y solares para la producción de energía; y
tiene, además, una reconocida riqueza cultural y una amplia variedad de
atractivos turísticos.
Sin embargo, los
indicadores económicos ubican a este departamento de la Costa Caribe como uno
de los más pobres del país. Por eso, con el liderazgo de la Vicepresidencia de
la República y el Ministerio de Minas y Energía varias empresas e instituciones
trabajan con el objetivo de superar los problemas estructurales del departamento
y para que su población reciba los beneficios que deberían generarle todas sus
riquezas.
“El Gobierno es consciente
de la necesidad de juntarnos para resolver esto”, explica Santiago Villegas
Yepes, director de Cooperación para el Desarrollo de los Negocios de EPM, al
referirse a las siete empresas que ejecutan nueve proyectos eólicos para
generar, en el mediano plazo, unos 2100 megavatios de energía.
“Por eso decide apoyar a
las promotoras de los proyectos para que dispongan de vías, puertos, agua, que
cuenten con formación de talento humano, es decir, soluciones integrales en
distintas líneas para poder sacar adelante los proyectos. Y en paralelo nos
vamos juntando el Gobierno y las empresas para ayudar a resolver las
necesidades de los habitantes de estos territorios y hacer inversión en
desarrollo, en aspectos como agua potable, salud, educación y vías”, dice el
directivo de EPM.
Eucaris Quintero Zuluaga,
jefe de Estrategia y Planeación del Negocio de Generación de Energía, tiene a
su cargo la estrategia de EPM en los proyectos eólicos de La Guajira y conoce
de cerca esta iniciativa: “El Gobierno hizo una lectura adecuada de muchas
señales que los agentes interesados en los proyectos en La Guajira le habíamos
dado y recogió esa señal de coordinación y de integración para hacer una
gestión distinta en ese territorio”.
La mesa nació en febrero
de 2020 y reúne delegados de diferentes ministerios y agencias del Gobierno
Nacional, así como de las entidades regionales y de las empresas. En la
actualidad trabaja en propuestas sobre abastecimiento de agua, electrificación
rural, formación y capacitación para el aprovechamiento de oportunidades
territoriales, además de la generación de instrumentos para favorecer la
superación de barreras para el desarrollo eólico.
Villegas afirma que debe
reconocerse al Gobierno “el interés que ha tenido en impulsar las energías
renovables no convencionales y por eso puso el tema en la Vicepresidencia de la
República, con unos líderes muy fuertes de allá y del Ministerio de Minas y Energía,
y entre esas dos dependencias están alineando y moviendo a todos las entidades
del Gobierno, lo cual no es sencillo”.
Los proyectos eólicos se
desarrollan en zonas de Riohacha, Uribia y Maicao, pero los beneficios directos
deberían impactar a los cerca de 900.000 habitantes de La Guajira, así como a otros
500.000 colombianos que recibirán la energía que se genere allí. Será también
un alivio para el ambiente, pues con este tipo de energía se puede reducir la
emisión de nueve millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la
atmósfera.